La Administración Federal de Aviación (FAA) fue la encargada de imponer las restricciones de vuelo durante cerca de una hora, lo que causó retrasos de alrededor de 45 minutos en los vuelos.
La pérdida de contacto con el Starship ocurrió poco después del despegue, cuando la nave sufrió un «desmontaje rápido e imprevisto» tras perder la potencia de sus motores, según informó SpaceX.
Aunque la empresa de Musk no confirmó la explosión, su descripción del incidente coincidió con los detalles del accidente anterior.
Los escombros caídos sorprendieron a residentes y turistas en Florida, especialmente en la Bahía de Tampa, quienes describieron haber visto el cohete «a la deriva» en el cielo antes de estallar.
Este fenómeno también afectó la operación de varios vuelos, aunque el Aeropuerto Internacional de Tampa no experimentó grandes inconvenientes.
La FAA, que ya había iniciado una investigación por el accidente de enero, volvió a solicitar a SpaceX que investigara la causa del nuevo fallo.
En este vuelo de prueba, el Starship debía realizar un recorrido suborbital para validar su capacidad de transportargrandes satélites y personas en misiones de largo alcance.
El cohete Starship de SpaceX, diseñado por Elon Musk, sufrió una explosión en su octavo vuelo de prueba el jueves 7 de marzo, tras despegar desde la base de SpaceX en Texas.
En cuestión de minutos, la nave perdió el control y explotó, como ocurrió en la prueba de enero.
La potente explosión generó escombros que cayeron sobre Florida, lo que obligó a las autoridades a cerrar temporalmente cuatro aeropuertos, incluidos los de Miami, Orlando, Fort Lauderdale y Palm Beach.
Fuente: el telégrafo