En el año 2005, un colectivo de artistas vieneses creó una escultura monumental: un conejo rosa de 60 metros de largo, tejido completamente a mano. La obra, llamada Hase, fue instalada en el monte Coletto Fava, en Italia, convirtiéndose en un punto de interés tanto para excursionistas como para amantes del arte.
Durante casi dos décadas, este gigantesco peluche fue admirado por visitantes que podían subir, recostarse sobre él o simplemente contemplarlo desde la distancia.
Sin embargo, el paso del tiempo ha cobrado factura. Tras años de estar expuesto a las condiciones climáticas, el icónico conejo está en proceso de desintegrarse, y se espera que desaparezca por completo en el transcurso de este año. Un símbolo efímero de arte y naturaleza que pronto se perderá en el tiempo.
